viernes, 15 de octubre de 2010

V Encuentro Esgrima Histórica de la AEEA en el Escorial


Hola a todos. Esta entrada está dedicada a la participación de la A.C.E.H. en el V Encuentro Internacional de Esgrima Tradicional de la AEEA en el Escorial. Ante todo hemos de destacar el magnífico ambiente que se respiró durante todo el encuentro. Tiradores venidos de todas partes compartimos un magnífico fin de semana con un denominador común: la pasión por la esgrima.
En el plano teórico, el evento en general giró en torno a la biomecánica como herramienta para una correcta ejecución de las técnicas, descritas por los maestros varios siglos atrás. Nos traemos, por tanto una gran cantidad de ejercicios y técnicas para ir practicando durante los próximos meses. Debemos hacer especial mención a la gran calidad de los instructores, de gran reconocimiento tanto nacional como internacional.
A nivel "práctico", fue un placer poder tirar con gente venida de tan lejos: Ton Puey de A Coruña, Eugenio García Salmones de Bilbo, Oriol Salvador y Diego Martín de Barna, Rodrigo González y Óscar Torres de Madrid, entre otros, hicieron las tardes más "placenteras" si cabe. El único punto negro fueron la congestión y fiebre de algunos de nuestros miembros...
En un plano más personal, merece la pena destacar la calidad humana de todos los participantes en el evento, que aportaron al mismo un ambiente más que agradable. Se echó de menos, quizás a algunos ilustres miembros, presentes en otras ediciones (¡Ainsss esa Soria, que se note que existe!), y algunos que tendrían que haber venido por primera vez (¿verdad, D. Andrés?), pero la tónica general fue inmejorable. Imposible sería no mencionar esa "Queimada" de nuestros compañeros venidos de la "Gallaecia", que hizo las delicias de propios y extraños. Realmente esperamos que ahuyente el mal de ojo, al menos hasta el año que viene, cuando podamos repetirla. Desde aquí aprovechamos la ocasión, para agradecer a nuestros amigos gallegos y vascos por resolver el tema de la reserva de los bungalows, y excusarnos por algún que otro ronquido y tos nocturnos.
Y poco más nos queda por señalar, excepto esa maravillosa visita al monasterio del Escorial en compañía de nuestros camaradas y paisanos onubenses, el lunes por la mañana (que grande ese guía ¿verdad?), como colofón a un magnífico fin de semana.
Sin más nos despedimos, esperando hasta la próxima ocasión en la que podamos encontrarnos todos de nuevo.
Abrazos.

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